jueves, 26 de noviembre de 2009

La dignidad de Catalunya

Amigos, seais de dónde seais, conscientes o no, rojos, sociatas, nacionalistas, de derachas, creyentes, ateos, gays, heteros, capitalistas, ecologistas, hoy la libertad de expresión nos ha hecho vivir un momento histórico. Sin color político, sin nacionalismos, sin capitalismos ni sindicalismos, hoy la prensa escrita catalana ha hablado de democracia y de libertad.
Si no lo habéis hecho ya os invito a leer la editorial publicada por todos los rotativos catalanes: la dignidad de Catalunya.



A mis 30 escasos años, como muchos de vosotros, lo único que sé de la transición democrática es lo que he leido en los libros del cole, visto en el cine y escuchado de mis padres. O sea, casi nada o casi todo lejano. Cuando murió el enano que dirigía el cotarro no había nacido y luego me interesaban más las canciones de Alaska y los capítulos de barrio sésamo que los tejemanejes políticos. A pesar de todo, he crecido con la bola de cristal y su espíritu crítico, un espíritu que hoy me doy cuenta ha hecho que las Españas hayan sido, y son todavía, un ejemplo mundial de superación de una dictadura, de asentamiento de unos valores democráticos y de cambio hacia la libertad de las personas, con independencia de su condición social, ideologia política, género o condición sexual.

Hoy podré contar a mis hijos que, a veces, incluso la prensa, con sus colores, sus propietarios, sus lobbies y sus modas ha sido capaz de consensuar y plasmar por escrito la voluntad mayoritaria de los catalanes, aceptada ya por 2 parlamentos.

Hoy podré contar a mis hijos que la libertad de expresión a veces existe, por mucho que se critique.

Hoy podré contar a mis hijos que la pluralidad es posible y que no siempre viene marcada por el nacionalismo de los trabucaires.

Hoy podré contar a mis hijos que hubo una vez en que partidos políticos (a excepción de los 2 que ya sabemos), empresarios, clubs de fútbol, sindicatos y colegios profesionales han ido a una, han construbuido a crear un espíritu que, lejos de todo nacionalismo, sólo pide dignidad.

Hoy podré contar a mis hijos que el amor al territorio dónde hemos nacido, a una cultura, a una manera de ser ha unido, en vez de dividir.

Hoy podré contar a mis hijos que se ha dado un paso más para dejar atrás al franquismo y a la España grande y única.

No sé qué pasará si el tribunal constitucional dice NO al Estatut, lo que está claro es que en Catalunya cuando se toman decisiones contrarias al sentimiento general se organizan caceroladas. Hoy no se trata de la guerra de Irak, ni de ninguna guerra, no es una victoria de unos por encima de otros. No, hoy hemos ganado todos y, aunque no seamos conscientes de nada yo me voy a dormir con la dulce y quizás irreal sensación de sentirme un poquito más libre, un poquito más plural y un poquito más digna, primero como ser humano, después como catalana.

Y aunque el Mundo afirme que es imposible decir más falsedades en tan poco espacio, sólo añadir que lo que dicen unos pocos cuenta menos que lo que dicen unos muchos y esos muchos son los partidos, las patronales, los sindicatos, los colegios profesionales y la sociedad civil catalanas.

Amigos, hoy ha empezado la era de la dignidad, de los derechos, de la libertad. Que dure.

1 comentario:

  1. Amb grata sorpresa per part meva, l'editorial em va emocionar... No paper mullat, sinó voluntat de mullar-se. I tirar-se a la piscina tots alhora no és qualsevol cosa... Esperem que hi hagi aigua i que les onades de crítica que ha generat només siguin producte de les corrents autoritàries i retrogràdes especialitzades en crear mala maror... Espanya, al agua patos cada uno con su flotador!!!, ancha es Castilla, no? pues el mar de las culturas y los sentimientos nacionales mucho más.

    Ens ho posen difícil, però... El plom de Rajoy opinava el dia després que las leyes están para cumplirlas (obviamente). I afegia: por el pueblo, por los jueces, por el moromusa... y por el Parlamento! Obviamente. Con un matiz crucial: el Parlamento las crea. Y las modifica. Los jueces las aplican. Y las interpretan. Sinó viviríamos aún con las leyes franquistas, la homosexualidad sería delito, los vagos (?) estarían encerrados, las mujeres no podrían separarse, el IVA no existiría y, ehem, la cacareada Constitución tampoco. Por poner solamente un ejemplo. Señor Rajoy, estudie derecho (o sáquese unas oposiciones, a lo mejor a usted sí le sería útil y, lo que es infinitamente más importante y necesario, a las naciones unidas de España también...).

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