jueves, 7 de abril de 2011

El baile del cortejo

Por mucho que la cultura popular insista con lo de que no nos quitemos el sayo hasta el 40 de mayo aquí no escucha ni el Tato. La primavera trompetera ha entrado por la puerta grande dispuesta a cortar rabo, orejas y llevarse la Champions. Con lo bien que se estaba en la cueva y ahora venga! otra vez a "apatrullar" el barrio, como las perras callejeras. Luego nos quejamos si nos resfriamos, claro, tanto dormir con el culo al aire...

 

Reconozco que la primavera y yo tenemos una relación de amor odio. Me encantan los vermús en las terrazas (posibilitados por mi condición de autónoma, ya lo sé, que bien vivo) pero el polen me convierte en un ser con más mocos que el fantasma verde de los ghostbusters. Ay primavera primavera, ¿qué tendrás que todos despiertan y se ponen a bailar con torpes pasos un cortejo apareador?

Traumatizada estoy. ¿Alguna vez habéis visto una orgía de ranas? de 6 en 6 las jodias, frotándose contra el sapo que se tumba bocarriba a la bartola. Hacedme lo que queráis nenas. Gang bang. Que vengan también aquí los e-cristianos y griten eso de viva Cristo rey si se atreven. Las pelis porno de los canales analógicos son para público infantil comparado con las escenas más que festivas que presenciaron mis cándidos e inocentes ojos.

A Gustavo nunca más podré mirarlo con los mismos ojos, ya no es un reportero dicharachero, es un animal depravado, sucio, soez. ¿Cómo volveré a degustar ancas de rana si tal manjar ha refregado su cuerpecito por el temazo de cientos de congéneres? Rafael, Michelanello, Leonardo y Donatello salvarán el mundo y yo seguiré tirando trozos de pizza por las alcantarillas para que se alimenten, pero que sepais que son gays, los 4 a la vez.

Las ranas no son las únicas. No lo vamos a negar, nosotros también somos como animalicos. Un poco de polen en el ambiente y las feromonas se ponen a velocidad de vértigo. Fusión nuclear. Las entrepiernas se convierten en Fukushima. Si fumais salid a ligar fuera, un "tienes fuego" puede llevarte directo al taxi y de allí al séptimo cielo de algún piso franco. Si habeis dejado el tabaco, tranquilos, vuestros amigos fumetas os dejaran solos en los bares, a merced de las hienas que bailaran su danza del cortejo al ritmo de "hola, qué tal?". Contestad siempre: eres el chico de las poesias? Algún día se presentará ante vosotras.

En estos tiempos de negra crisis dicen que si fumas follas. Algo bueno tenía que tener, no? Maldita la hora en que decidí que lo dejaba, ahora sólo me queda esperar en la barra, pedir el enésimo gintonic y, con un poco de suerte y si me saco las gafas, igual me voy contigo, chico de las poesias o de los recados, da igual. Qué coño, es primavera y hay crisis. Puestos a elegir, prefiero follar a que me follen los que mandan. Bailemos el Bimbó, tierno de la primera a la última rebanada.