lunes, 10 de mayo de 2010

Sí, quiero (part II)

Normalmente cumplo las promesas, pero a veces las sinapsis entre neuronas padecen retenciones de fin de semana. Sé que vuestra existencia tenía un vacío tal que ni el feng shui y sus energías correderas marca acme podían llenarlo. Ha llegado el momento de la segunda parte de la trilogía: las despedidas de soltera. El capítulo prueba, pa las agüelas que no se acuerdan: Sí, quiero (part I)





Las despedidas tienen el significado simbólico de celebrar la última gran fiesta antes de entrar en el matrimonio. No sé vosotros, pero mis amigas casaderas y yo no chapamos un garito desde el pleistoceno medio. Ironías de la vida a un lado del arcén y con chaleco luminoso, las despedidas son la penúltima gran fiesta, el resacón en las vegas final es el día de la boda, más allá del día D sólo Mulder y Aramis Fuster saben lo que el futuro nos depara. Las estadísticas dicen que 2 de cada 3 se divorcian.


La que se casa se lo merece todo y más. No sé si el sentimiento se acerca más a Braveheart o al yo por mi hija, maaa-to. Da igual, la cuestión es darlo todo por ella: aviones, condones, camisetas, bicicletas, ridículos, artículos, mojitos, jueguecitos, negracos, polacas, regalos de los buenos y de los malos... La capacidad inventiva humana es ilimitada cuando se trata de planificar la muerte y destrucción de otros. He visto calvas con flequillo, disfraces de wendy campanilla a machotes de pelo en pecho, zorronas italianas vendiendo birras en la playa, pornochachas sacando el polvo de la rambla, culés pidiendo camisetas del Madrid para hacerse fotos en Canaletes... es necesaria esta humillación? claro, te casas, pues te jodes. Y es que homo homini lupus, ya lo decían los clásicos, dejadlos de fondo de armario que nunca pasan de moda.


En las despedidas femeninas nunca faltan 3 cosas:


1. Los test: te gusta más arriba o abajo, delante o detrás? al centro y pa dentro. Tu primer beso, primer polvo, primer cuerno. Su comida, tu peli, vuestra canción. Odio sus pies, pero adoro sus orejas. Escúchame cuando ves el fútbol, no fumes en el baño, deja los porros que ya no te hablo más de curro. Antes se le pedía la mano al padre, ahora se le pide a las amigas. Y si dicen que no, pues me compro unas nuevas. Un rito de iniciación que ni los maasai.


2. Actividades por un tubo: rafting, bicis, tapas, mojitos, hazte una foto con ese, baila con el negro, dile al de Elves que eres su Marylin, foto de familia, canta una ranchera, toca al Mandingo del streaptease, pide dinero a cambio de humillación. Pasar 2 días con tus amigas no tiene precio, para todo lo demás mastercard. Eso sí, casaos, ya me lo pagaréis...


3. El perreo: un grupo de tías en una discoteca canta más que un merengue en le camp nou, carne de cañón con un cartel centelleante que dice: ven, pídeme fuego y perrea. Si le sumáis unos roncitos-cola y a un chico de las poesías bajo forma de reguetoneo el resultado está claro. Algunas te dirán "nunca cambiarás", otras "te lo merecías tía", las de más allá "qué envidia" y tu resaca antes de ir a dormir te hace dudar entre un "es super interesante este tío", un "qué mono es" o un "vaya drama". 


Al fin y al cabo las despedidas son para contarlas y recordarlas, o no, a veces mejor callar y olvidar. Sé que muchos nunca podréis llegar a entender el porqué, pero como dicen los pericos, es la força d'un sentiment. No le demos más vueltas, llega la boda

4 comentarios:

  1. Juajuajua!
    qué genia!! y qué será que me suena del relato...? nada, yo no despido...siempre habrá ocasión de más!
    Besote, perra!

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  2. sólo se me ocurre añadir una cosa: Papa, tengo sed. Tengo sed papa.

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  3. "Hoy es noche de sexo," pensó el cuando se las prometía felices ante la expectativa de una noche de bodas plagada de saltos de cama y de tigre (si la ocasión lo requería). Pero ¿cuántas noches más de sexo le esperaban tras el altar? La eterna pregunta.
    "Hoy es noche de sexo," cabilaba ella rodeada de escasas amigas despendoladas pululando a su alrededor vestidas de diablesas. "¿Será esta mi última noche de sexo salvaje?" se preguntaba.
    4. El cabreo. Sí, queridos contertulios. Quedaba este punto por añadir, ese en el que las "amigas" de la homenajeada relamiéndose ante las putadas varias que maquinan hacerle, se cabrean unas con otras durante los preparativos de semejante evento casposo del que todos, al final, irremediablemente acabamos formando parte. No. No hay escapatoria. Que si unas quieren ir a la playa, a otras no les parece conveniente el disfraz de bailarina, otras protestan porque su amiga se merece algo mejor y las menos ofrecen algo de sentido común atreviéndose a decir que, tal vez, lo importante, sea que estemos juntas. En el Caribe o en Cuenca. Ver, oir y callar. Cruzad los dedos. Esperemos que esta no sea una de esas 2 de cada tres.

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  4. buenisimo!!me reido mucho!!jajaja!!!
    grande!!!çya ves , toy de acuerdo...
    clavado!!jaja!!
    un besin pilarin!!!
    nan

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