Me juego la mano derecha, lo de "la vuelta al cole" se lo inventó el Corte Inglés con su semana de corticoles. A mi eso me suena a medicamento o a enfermedad venérea. La cuestión es que lo malo se acaba, las vacaciones, y lo bueno empieza, el curro. ¿O era al revés? En mi caso no, llamadme como queráis, pero estoy hasta la punta del iceberg de tocarme el tiroliro, quiero hacer algo productivo ya. Alguien tendrá que levantar este país ¿no?
Que te guste trabajar depende de varios factores, la conjunción exacta de los cuales te lleva al santo grial, a la piedra filosofal que todos buscamos laboralmente hablando. Algunos se quedarán a medio camino y no les importará. Esos diran "alabados los que trabajan para vivir y no los que viven para trabajar". Vamos al tema:
1. Ser útil. Parece una paradoja viendo a algunos ejemplares de la especie humana, pero si, lo que hacemos tiene que servir para algo. En este caso, una que se pinta las uñas con el último rojo de Dior es inútil (laboralmente hablando siempre), una que barre la calle no. Algunos estudios y encuestas encargadas por la administración (a cambio o no de trajes y bolsos) son inútiles, la ciencia y la investigación no. A ver que invertimos para salir de la crisis...
2. Ganar dinero. Aunque la época del trueque pasó hace muchas lunas y aunque algunos Slow Life activistas intenten reintroducirla, el dinero (del latín denarius, una moneda romana) mueve el mundo, o eso dicen. Sirve para tapar agujeros, o eso dicen. Corrompe, o eso dicen. En mi caso, el mundo se mueve con ideas, los agujeros se tapan con grava y la corrupción es cosa de señores con traje, los peones no entendemos de eso, aunque nos gustaría, por eso cada viernes jugamos al Euromillón.
3. Tener buenos compañeros. Si tienes la suerte de estar rodeado de inútiles, cambia de empresa antes de ser abducido. Nadar contra corriente no es fácil, menos aún en Pakistán. Si es el jefe el que no folla lo suficiente puedes A) comprarte unas rodilleras y pasar por el tubo, B) cambiar de empresa, pero recuerda siempre C) dónde tengas la olla no metas la p... Recordad que las secretarías son la mano que mece la cuna, amigos para siempre.
4. Poder aspirar a más y/o mejor. Cuando digo aspirar no estoy hablando de coca. Ni más ni mejor, caca de la vaca. El ser humano está insatisfecho y es vanidoso por naturaleza. Algunos quieren más poder, más responsabilidad, más dinero. El más nos la pone dura. Si tengo esto quiero aquello. Del iphone IV al V, de 1 piso a 2 casas y compro porqué toca. Lo que importa es la calidad, no la cantidad, a ver si os dais cuenta de una vez.
5. Cambiar el mundo. Cuando somos jóvenes nos lo comemos. John nos decía eso de Imagine all the people living life in peace. En la Segunda República se decidió que las mujeres también podían votar (aunque acabáramos poco después como el rosario de la aurora). Spencer inventó el microondas, la minifalda se puso de moda, los ingleses empezaron a jugar a fútbol... el mundo más fácil para cambiar es el tuyo propio. Algunos ni eso. Para ser conductor de primera acelera, acelera. Hasta que te la pegas. Disfrutad del paisaje.
Tras las vacaciones os queda esa extraña sensación de lejanía, de melancolía a lo Nino Bravo, de drama depresivo post-vacacional en los casos más agudos. Contestar mails, aguantad el relato de las vacaciones ajenas y a poner tornillos otra vez. Hop hop hop. Pensad que si fuerais chinos no habrías tenido descanso y dad gracias al destino por tener el pasaporte que tenéis.
Sea como fuere vuestro curro, sentíos realizados y dejaos de tonterías. Más tiempo con los colegas y menos tengo que ir a dormir que mañana curro. Ahora que no tenéis hijos podéis elegir, más tarde la tenebrosa hipoteca decidirá por vosotros. Arriba con el tiroliro, abajo con el tirolero.
Todo es un drama potencial. Lunes, despertador, ducha fría, se acaba la leche, la moto en el taller, ensardinada en metro, los periódicos cuentan lo de ayer, quien contamina no paga, miles de atentados visuales, bares caros, políticos que coleccionan escándalos, nadie dimite, nadie protesta, pocos son solidarios, menos creen, ínfimos los que participan, enormes las listas del INEM... y yo sigo sin tener TV y me pierdo Sálvame y al Barça... Vaya drama!!!
M'alegra que el teu síndrome post-vacacional sigui l'eufòria i l'esperit emprenedor, Drama Quenn no hay más que una! No diré que m'hagin entrat ganes de tornar abans d'hora però estic d'acord amb tu, vida no hay más que una, y com el ying-yang: les vacances tenen sentit ple en relació al treball. Per això és tan important que la feina sigui estimulant... Y ara me'n vaig a tirar a l'aigua i a fer la fotosíntesi una estona :)
ResponderEliminarjo crec que el treball té sentit ple en relació a les vacances... clar que amb un chapuzón i estirada a la bartola pots tendir a pensar el contrari... welcome back!
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