Hoy ni incendios en Rusia, ni 65 aniversario de la bomba de Nagasaki, ni el diamante de Naomi Campbell. No. Hay hablaremos de gnomos. Os presento a Lance The German, un nuevo amigo cibernético que tiene como cruzada existencial liberar a los oprimidos. No, no hablo ni de palestinos ni de catalanes, sinó de los gnomos condenados a vivir en un jardín y aguantar las meadas de los caniches.
Lance The German, con su jarra y sus árboles
Admiro a Lance por dos motivos:
1. Es un incansable bebedor de cerveza, de esa bien tirada, con espuma, no como la mierda que sirven en las terrazas por el módico precio de 3 euros. Que chabrocha la chervecha que su chube a la cabecha. Dicen que fue descubierta por accidente por los egipcios o los sumerios, cuando al hacer pan le pusieron demasiada agua a la cebada. Curioso que los pueblos que la descubrieron no puedan beberla por orden divina de Allâh! Ellos se lo pierden, más pa los demás.
2. Como el gnomo de Amelie, se pasea por el mundo liberando los gnomos enjardinados que encuentra a su paso. Es socio fundador del GLG (Grupo de Liberación de Gnomos), al que todo buen paisajista, ambientólogo y persona con sentido común y estético debería unirse. Miles de freaks de todo el mundo se han unido a él y bajo pena de muerte en algún que otro condado, liberan seres del bosque secuestrados.
Lance suele dejar un mensaje a los captores:
Rescata a los enanos:
Y los libera en el bosque más cercano. Este es el primer comunicado de una de las cédulas del GLG. Llamadles locos, ecoterroristas, freaks, defensores de la estética, da igual. Me uno a su grito. Nhai!
Y es que nos empeñamos en dominar lo natural, no sé si porque nos la pone dura ser superiores, o quizá somos tan ilusos como para creer que un día haremos desaparecer los huracanes, terremotos y lluvias monzónicas sólo dándole a un botoncito. El primo de Rajoy y su No-cambio-climático son prueba de ello. Lance, como David, aquel siete veces más fuerte que tú, cuando muera también se convertirá en árbol. Quizá lo haga borracho de cerveza. Yo me pido ser un ciruelo, os lo conté hace poco. Quizá también me emborrache de cerveza. Nhai.
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